Capitulo 2

hola,

muchas gracias por comentar.

*3*

Sig_2

“Alguien amaneció más calmado” Junsu se acercó y sonrió un poco al ver el moretón en la frente de Yoochun `seguro de sus golpes de ayer´ “Te duele” acarició su cabello, las hebras negras acaireladas que caían hasta sus hombros.

Yoochun agacho su mirada y formo un pequeño puchero. No quería hablar, bueno no quería verlo. Hablar le era imposible, ni siquiera el recordaba el sonido de su voz.

Solo sus gritos, solo sus llantos, solo eso estaba presente “Ya paso pequeño” Junsu lo acurruco en su pecho y se sintió bien, en cierta manera. Porque abrazar a este Yoochun no era como abrazar a su Chunnie. Este Yoochun estaba inmóvil sin hacer nada. Pero su calor seguía igual y por el momento era lo único que necesitaba.

Yoochun abrió sus ojos sorprendido al oírlo llorar. Su doctor estaba llorando mientras acariciaba su espalda.

Junto mucha fuerza en su garganta y separo sus labios y los humedeció “Bien…” susurro muy suave pero para Junsu fue como ver una gota de agua en el gran desierto que debía de humedecer.

“Dime” se separó y sus ojos rojos vieron directo a los perdidos y fríos ojos de Yoochun “que pasa Yoochunnie…Yoochun”

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“Yoochun”

El hombre sonreía, el pelinegro estaba atado de las muñecas dejándolo parado fijo en la pared. En sus pies tenía agujas enterradas que le impedían intentar escapar.

El solo estar de pie lo tenía en un dolor constante; el suelo bajo él estaba manchado de su propia sangre, esa que fluía de las plantas de sus pies por forcejear.

“No te muevas muñequito, no quiero que te lastimes”

Yoochun empezó a contorsionar su cuerpo intentando huir. Aun le quedaba un poco de consciencia y tenía que usarla para inventar un plan para escapar.

El hombre se hincó frente a su cuerpo desnudo y comenzó a lamerlo, en especial entre sus piernas.

Su cuerpo ardía de rabia, quería cubrirse… quería huir… quería que Junsu viniera y lo ayudara a huir de este infierno. Cuando el hombre tomo su hombría en su boca, las cuerdas que impedían que gritara rasparon sus mejillas por los sonidos ahogados que contenían.

Sus ojos se llenaron de lágrimas por furia e impotencia.

Fue volteado de un jalón, sus muñecas crujieron y sus pies se engarruñaron cuando el metal se enterró más hondo en su piel. Y volvió a pasar.

…………………………….

Junsu lo tenía acostado en la camilla de su cubículo, ya lo había inyectado. Lo abrazaba con fuerza, los ojos de Yoochun estaban blancos indicando su inconciencia.

“Ayú-denme…” logro formular entre respiros ahogados y quejidos.

Junsu sintió su corazón quebrarse, si solo pudiera entrar y sacarlo: salvarlo de los que fuera se formulaba en su mente confundida.

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“No…. No…Por favor” Tan pronto como el maniático soltó la cuerda de su boca comenzó a gritar.

“! ¿Más fuerte???” y así lo hizo, su miembro perforo más el abusado espacio. La cara de Yoochun se apoyó en la pared, ya no le quedaban fuerzas para resistirse así que se dejó… se permitió ser vulnerable una vez más.

Y tras mucho dolor, tuvo la gran suerte de desmayarse porque simplemente era demasiado.

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Los ojos de Yoochun regresaron a su color castaño.

“Te sientes mejor” Junsu lo vio asustado, había sido un ataque. Eso no estaba escrito en los antecedentes de Yoochun y era un problema más con el que tenía que lidiar.

Yoochun negó con su cabeza igual que un niño pequeño. Y se acurruco en el pecho de Junsu, este lo abrazo.

…: Unas semanas después:…

“No - gusta” dijo el pelinegro a la figurilla de conejo que Junsu tenía en su mano.

“Tienes que decir que si” sonrío, el avance era sin duda muy grande “tienes que ser amable con los demás”

“Pero, Yoochun… no gusta” se esforzaba mucho al formar esas pequeñas oraciones, después de todo su garganta dolía un poco a veces. Aunque a decir verdad le gustaba la rehabilitación al lado de su nuevo doctor, siempre trataba de hacer sonreír al pelirrojo. Si eso era, cada vez que podía hacer una oración más larga o mejor Junsu sonreía. Y era como ver el atardecer más hermoso.

“Entonces que te gusta” Junsu extendía las distintas cosas enfrente de Yoochun. Había algo especial que lo hacía sentirse feliz, el cumpleaños de Yoochun.

Este lo pensó por un momento, y después apunto a la hermosa rosa blanca en medio del jardín.

“¿Ha?, pero… yo no tengo aquí rosas blancas” no recordaba eso, las flores. Fingiendo angustia vio al suelo… “Lamento no poderte complacer con eso”

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“Lamento no poderte complacer con eso” el señor siguió enrollando las cuerdas en sus muñecas.

“Por favor”

“Mira tu cara, me dan ganas de comerte” beso sus mejillas mojadas de lágrimas. Y lo dejo recostado sobre la cama.

Después de que lo abandonaron se quedó llorando, cuando se calmo pudo sentarse en la cama y observo a lo largo de la habitación; había una ventana, temblando se puso de pie y llego a ella; era un lugar lindo.

Ahí en medio del campo había un hermoso rosal, una flor blanca… una rosa blanca...

Si tan solo estuviera afuera. Deseaba ser esa flor y ser libre.

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“Libre” susurro viendo a Junsu “gusta libre” pero Junsu no le puso atención. Yoochun se sintió triste “Junsu bien” tomo sus mejillas en sus manos y volvió a decirle “Junsu bien”

“No, me lastimas al no querer mis regalos” dijo Junsu fingiendo completa amargura.

“Gusta” tomo una figurilla de un delfín y la enseño al pelirrojo “Gusta”

“En verdad” sonrió al instante.

Yoochun afirmo con su cabeza.

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“No crees que es tonto” Yoochun veía confundido al pelirrojo “mis padres no harían nada por separarnos Su” se acercó al mayor y dejo un beso rápido en sus labios.

“No quiero dejarte solo” abrazo el cuerpo delgado de Yoochun “Y si bienes conmigo”

“Junsu, voy a estar bien. Cuando menos lo esperes serás un sicólogo y yo seré tu amado esposo”

“Eso se oye bien”

“Mucho, por cierto” volteo a hurgar en su mochila “ten… espero que esto me mantenga en tu mente” saco una figurilla de un conejo y la puso enfrente del pelirrojo quien la vio con una sonrisa muy sexy.

“es algo fea”

“ahhh?” Yoochun se enfureció al instante, y se volteó para irse “espero que tu avión choque”

“Yoochunnie” Junsu se puso de pie de inmediato y abrazo a su sensible novio por la cintura “no te enojes amorcito”

“Hazte a un lado Kim” empujo un poco sus brazos, pero ambos sabían que era una pelea falsa.

“Sabes que te amo” apretó mas su abrazo “y cualquier cosa que toquen tus manos es un tesoro para mi, además yo también tengo algo para ti”